Hace un par de años Kimo Dalmonen, un buen amigo motero nos puso sobre la pista de la existencia en una zona muy concreta del pirineo catalán central de un museo dedicado a unas valientes y especiales mujeres.
Estas señoras formaron parte de la salud de muchas familias que vivían en mases y masias, desde el pirineo hasta la costa brava y desde el pirineo hasta el delta.
Ellas eran auténticas viajeras «adventure», sus «maletas» colgadas en sus espaldas, sus ruedas «trail» eran sus piernas y sus pies, su «motor» de gran cilindrada era la necesidad.
Tuixent-la vansa, Sorribes, Ossera, etc. son nombres de pequeños municipios situados entre el Pedraforca y el Pirineo, pueblos disgregados con pequeñas casas en mitad del bosque, donde la vida a finales del siglo XIX y hasta mitad del siglo XX no era fácil, los núcleos urbanos aún hoy están a una hora en coche.
Para ayudar económicamente a sus familias las mujeres de algunas de estas casas se dedicaban a recoger hierbas medicinales y resinas, que elaborarían y prepararían con sus secretas recetas.
Parejas de dos Trementinaires, normalmente de la misma familia (madre/hija, abuela/nieta) saldrían de su espacio natural para recorrer a pie un largo camino que las llevaría hasta la costa. En este viaje su labor era vender sus unguentos y demás remedios contra el dolor y algunas enfermedades. La mayoría de ellas eran esperadas con los brazos abiertos en la mayoria de masías que encontraban en su camino. Aún hoy podemos encontrar testimonios vivos de tan peculiar y dura forma de ganarse la vida.
Las salidas se organizaban en invierno cuando las tareas agrícolas se reducían al mínimo y el trabajo de las mujeres no era tan necesario. Normalmente hacían dos salidas al año. La primera antes de Navidad, a principios de noviembre e iban hacia la Plana de Urgell, el Penedés y el Camp de Tarragona. En este viaje vendían hierbas y sobre todo setas secas, muy solicitadas porque se usaban durante las comidas de las fiestas de Navidad. Algunas trementinaires llegaban hasta Fraga y el Priorat. En Navidad volvían a casa y después de Reyes, iniciaban la segunda salida. Emprendían ruta por la cuenca minera y el Llobregat hasta llegar al Vallès y el Maresme, y desde este punto seguían la costa hasta el Alt Empordà. En este viaje se vendían bien la brea y aceite de brea de enebro, productos para curar los animales transhumantes. Desde la costa de Girona emprendían el camino de regreso a casa atravesando la Garrotxa y el Ripollès. Volvían al valle por Pascua, a finales de marzo o principios de abril.
Esta pequeña história nos llevó a mirar los mapas y documentarnos sobre estas auténticas heroínas de su época, se las trató como brujas y nadie les reconoció su trabajo. Hacía tiempo que nos planteábamos recorrer este agreste territorio, y la verdad no nos ha dejado indiferentes, realmente no es fácil ponerse en la piel de estas señoras, menos aún cuando en el corto espacio de dos horas podemos realizar prácticamente todo su recorrido, sentados cómodamente en nuestras motos, por carreteras asfaltadas, teléfono, internet y en algunos casos (no es el nuestro) con GPS.
Actualmente en Tuixent se puede visitar un museo donde se reproduce y explica su realidad.
Por cierto, sus carreteras y su paisaje merecen sin ninguna duda su inserción en una de las nuevas rutas vectornote.
http://www.rtve.es/alacarta/videos/el-escarabajo-verde/escarabajo-verde-memoria-trementina/1258815/
https://femeninosport.wordpress.com/2016/06/30/las-trementinaires-las-mujeres-sabias-de-la-montana/